Nos despertamos en Zarautz, desayunamos unos pintxos, un último vistazo al mar y todos para la furgo que nos esperaban en Vitoria en la fiesta del programa de radio Paraísos Artificiales. Llegamos a Vitoria y lo primero fue ir al pedazo de hotel que nos reservo la organización. Hotelazo por todo lo alto. Tras peregrinar por las habitaciones de todos para ver si todas eran tan chulas nos fuimos a comer algo y luego directitos a la prueba. 
El concierto se celebró en el centro cultural Palacio de Monethermoso. Un sitio acojonante. Un palacio antiguo convertido en un espacio donde tiene cabida todo tipo de expresión cultural y con una programación de lo más vanguardista e interesante. Además con unos jardines con terracitas y un ambiente cojonudo. En estos jardines habían colocado una carpa donde estaba el escenario. Como dijo Iker, creador del programa Paraísos Artificiales, un festival pero de micro machines. En la prueba tuvimos un pequeño percance, se quemo el fusible del ampli de Javi y tuvimos que poner uno de repuesto pero de menor amperaje. Pequeños momentos de tensión del día a día de la gira. Cuando se soluciono todo, paseito por el casco viejo de Vitoria y al hotel que jugaba las semis del europeo de basket España. Alegría por la victoria. En aquel entonces ni nos olíamos la putada de la final claro. Tras el partido, duchita y para el concierto.
Llegamos y justo acabaron Big City. Suenan muy bien estos maños. Había mucha gente pero iba llegando bastante más. Había un ambientazo. A continuación, The Brontes dieron un conciertazo. Todo el mundo nos había hablado de su buen directo, pero verlo allí fue tremendo. Además el sonido durante toda la noche fue de primera y los tres conciertos sonaron demoledores. Tras el conciertazo de The Brontes nos tocaba a nosotros. La gente se algolpo alrededor del escenario y cuando subimos nos recibieron a lo grande. Nosotros estábamos flipando con la reacción. Nos habían dicho que el público en Vitoria era muy frío. Al subir nos dimos cuenta de que no era así. El concierto fué genial. Hacia tiempo que no estábamos tan cómodos y tan gusto en un escenario. Esto nos ayudo cantidad. Luego, la gente empezó a calentarse tema tras tema y no pararon de bailar, saltar y disfrutar a tope del concierto. La organización nos dijo que hubo 800 personas, a las cuales les agradecemos desde aquí el habernos echo disfrutar tantísimo.
Cuando nos fuimos, la gente se queda gritando “Beste bat!”, el equivalente a “una más” en Euskera. Nosotros habíamos tocado todo menos el Last trip, que lo habíamos descartado. Decidimos salir a tocarla junto con el tema nuevo que estamos presentando en estos primeros conciertos. Problema. A la guitarra de Rober le pasa algo raro. Se le había bajado el puente. En ese momento no pudimos arreglarlo y al parecer Big City y The Brontes se habían llevado su equipo a las furgonetas. Nosotros teníamos una de repuesto pero necesitaba un cambio de cuerdas urgente. ¿De que servía entonces? De nada. A veces se nos va la cabeza. La organización intento hacer todo lo posible por conseguir una guitarra, pero no había manera. Cuando subí al escenario a pedir disculpas por no poder hacer el bis, llegó Raúl, (mil gracias tío!!) guitarrista y cantante de The Brontes, con su guitarron en lo alto y nos la dejo. Pa ya que salimos y finalde concierto loco, apoteósico, con todo desperdigao, un despiporre general. Estábamos frenéticos, flipando con todo lo que se había montado. Iker resalta que al acabar, nos abrazamos detrás del escenario como si hubiéramos marcado el gol decisivo en la final de la champions. Fue una noche redonda. No la olvidaremos.
Luego de fiesta al Kitsch, bueno a la puerta porque estaba llenísimo. Luego tiramos para la sala Azkena y de bailoteo hasta las mil. Eso sí luego tocaba, paseito al hotel. Que noche! Gracias a toda gente que estuvo allí, a la gente del Montehermoso y en especial a Iker, Álvaro y Javi por montar el bolo, contar con nosotros y hacer que otra Vitoria sea posible! Jejeje!
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