La peor de las nostalgias es sobre lo que no se ha vivido. No se quien lo dijo pero me viene al pelo. Estoy preparando un viaje a Nueva York y San Francisco en primavera y además de los tópicos habituales (misa negra en Harlem, sandwich que come Woody Allen y en donde, Central Park...), estoy releyendo la literatura beat de mis años universitarios con la intención de encontrar algún rastro de la huella que dejaron Neal, Jack o Allen. Pero tiene mala pinta. Me acabo de enterar en internet que hace dos años cerró el bar West End, lugar de encuentro de los primeros beat en las cercanías de la universidad de Columbia. Ahora debe ser un garito cubano o algo parecido. Gracias a internet me he ahorrado la cara de gilipollas que se me iba a quedar preguntando por la calle eso de Doyouknowthewestend,please?.
El caso es que han pasado ya 50 años y encontrar algún recuerdo beat puede convertirse en un desafío arqueológico. Leo en "Star. La Contracultura de los 70" un artículo de Jaime Gonzalo sobre Manhattan escrito hace 30 años:
"El Greenwich Village es la zona más joven de Manhattan. Por supuesto, el ambiente hippy ha desaparecido. Ahora sólo se encuentran punks y nuevoleros junto a algún que otro intelectual tomando el sol en Washington Square. Ni siquiera Allen Ginsberg o Laurence Ferlinguetti se encontrarían a gusto en esas calles con mercadillos de-lo-que-sea reproduciéndose profusamente."
Así que si Gonzalo lo tenía jodido hace 30 años, a mi no me van a quedar ni siquera los punks. Dicen las malas lenguas que el Village se ha convertido en un pijerío. Habrá que comprobarlo.
miércoles, 6 de febrero de 2008
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