Ha pasado Plataforma por Vitoria, la adaptación teatral de la polémica novela del polémico escritor francés Michell Houellebecq. Y no defrauda en cuanto a su efecto provocador (unas quince personas abandonaron el teatro), pero falla en el resto. Demasiado comemé la polla, necesito un buen chochito y todo eso. Demasiada pornografía verbal haciendo que no se vea el bosque. El bosque de los daños colaterales de la liberación sexual: millones de occidentales incapaces de follar en Europa viajando para aprovecharse de la miseria de las tailandesas. Pero no contado desde el dedo juzgador de los progres sino desde la óptica de un putero que en el fondo es un romántico. Desgraciadamente, todo esto se disipa entre el histrionismo exagerado de Juan Echanove, la gratuita presencia permanente de una mujer desnuda y el parloteo guarro innecesario. Y no. No me he vuelto un carca, pero como dice el tópico, el libro me gustó más.
Y para muestra un botón, la editorial Acuarela ha publicado Supervivencia, una colección de poemas inéditos en España. El Cultural de El Mundo avanza alguno:
Teniendo en cuenta las características de la época...
Teniendo en cuenta las características de la época moderna, el amor ya casi no puede manifestarse; pero el ideal del amor no ha disminuido.
Al estar fundamentalmente situado, como todo ideal, fuera del tiempo, no puede disminuir ni desaparecer.
De donde se sigue una dicotomía ideal-real particularmente llamativa, una fuente de sufrimiento especialmente fecunda.
Los años de la adolescencia son importantes. Una vez que hayáis desarrollado un concepto del amor lo bastante ideal, noble y perfecto, estáis jodidos. En adelante, nada podrá satisfaceros.
Si no frecuentáis a ninguna mujer (por timidez, fealdad o cualquier otra razón), leed revistas femeninas. Sentiréis un sufrimiento casi equivalente.
Larga vida a Houellebecq
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